Hoy fui
una señora con empoderamiento gracias a un paraguas.
Toda la
mañana estuve con mi bata rosa chillón que me llega casi hasta los tobillos,
con un volteador en la mano y ordenando a mis hermanos para organizar el
desayuno. Hablando como una señora educada, pero señora al fin.
En la
tarde, nos bajamos del ecobus en Constituyentes, y en vano, porque cancelaron
el evento al que íbamos por el mal clima. Pero esto dio pie a que siguiera con
mi rol de señora en el siguiente ecobus al que nos subimos porque, me senté en
el lugar que gobierna el ecobus. Un lugar alto, en medio y al fondo del camión, donde puedes ver absolutamente todo lo que se desarrolla en el bus.
Llevaba mi paraguas y eso me hizo sentir más poder, era como mi cetro.
Mi reinado fue bueno porque mantuve el control
(sólo un poco) del vandalismo. Le pegué con mi cetro a un plebeyo que estaba
rayando el camión. Pero como toda una reina vieja, agarré mi paraguas y le dije
'oye, oye, no rayes el camión'. Me hubiese gustado ver mi cara de señora
enojada.
¡Viva la
señora reina del ecobus en la CDMX!
Ay, ya... qué oso
Ay, ya... qué oso
No hay comentarios:
Publicar un comentario