miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cuenavaca Nov 2015

Nos subimos al carro, manejamos hasta la tiendita de la esquina de la casa de Carlitos para comprar un cartón de 24 cervecitas, un Malibu y jugos de piña. Hicimos una parada en casa de Rub para dejar las cosas del tocho y a Mitzi :), también aprovechamos para pasar al baño. Todos listos, manejamos sin detenernos hasta el Oxxo en la entrada de Cuernavaca para cargar hielos que venían en un súper empaque coqueto con bolsitas individuales para enfriar de manera uniforme. Cerramos la cajuela con todo listo para no salir del hotel. El camino fue menos pesado de lo que imaginamos. Sólo hubo como 10 minutos de tráfico para salir a la caseta, pero eso fue todo.

Llegamos al hotel, hablamos con Moisés, el recepcionista encargado. Carlitos regateó y nos ahorramos 150 pesitos. En lo que Rub y Carlitos sacaban las cosas del carro, Mey y yo fuimos a que nos entregaran el cuarto... OMG! ¡Mi sueño de hospedarme en un hotel de mala muerte con mis amigos se estaba haciendo realidad! Eran dos cuartos, en el del fondo estaban dos camas, una matrimonial y una individual, un espejo y muebles para ropa. Se veía que la ropa de cama no la habían cambiado desde hace tiempo, los colchones eran viejos y de resortes. Las paredes tenían un papel tapiz de florecitas de color café y el techo estaba lleno de humedad. En el segundo cuarto estaba el baño y la regadera con una puerta corrediza que desarmé dos veces sin querer. Ruben nos alcanzó en el cuarto para entregarnos nuestras cosas.

Mey y yo fuimos a evaluar las piscinas. La primera que vimos era una piscina con el agua súper baja y fría. Al lado estaba el arenero de Marcelo (el gato). Después nos percatamos de que esa no era la piscina sino el chapoteadero. Cuando fuimos a ver la "piscina- piscina" ni siquiera quisimos meter la mano porque se veía súper turbia (y en la noche y sin luces no ayudaba mucho). Fuimos al carro y le ayudé a Carlitos a llevar la hielera a una mesita a lado de la piscina.

Mey y yo fuimos a cambiarnos, ella no se quería meter a la alberca pero la convencí de que por lo menos se pusiera su traje (sabía que después se iba a querer meter). Nos andaba pipi y cuando levantamos la tapa del baño había un "moi". Ocurrió una escena muy graciosa y vergonzosa así que no la escribiré. Morí de risa, patalee en la cama de risa.

Salimos con los chicos y estuvimos cómodamente bebiendo en unos vasos coquetos que se podían personalizar ;)

Después de un cóctelito y tres cervecitas, puse Alright de Supergrass para armarme de valor. Me quité la ropa y me metí a la piscina turbia y fría, en una noche templada. Me siguió Carlitos y tiempo después convencimos a Rub y a Mey.

Momento mágico: Carlitos y yo en la piscina, Rub y Mey afuera listos para meterse. Los 4, solos, echando desmadre sin nadie que nos molestara, en la noche, en el hotel Los Pajaritos, en Cuernavaca, iluminados por fuegos artificiales. Mágico. Todos cantando Fireworks de Katy Perry, obvio.

Después de estar en la piscina, bebiendo y así (jaja). Nos fuimos al cuarto a "seguirla". Ya estábamos cansados pero no podíamos dormir. Cantando, platicando, Rub bailando (¿eso les dice algo?). 

Una de las cosas que no debes hacer cuando estas empedarks es grabar vídeos porque se te nota por el movimiento de la cámara y por como washawasheas las canciones (nota mental).

Apagamos las luces y seguiamos platicando. Tuvimos que salir a Mr por unas cosas con la maleta estorbosa de Carlitos.

Volvimos y seguían sin poder dormir. Hasta que yo me quedé dormida zZzzZ y ya no supe nada.

Despertamos a las 8 am. Estuvimos haciéndonos tontos un rato y emprendimos nuestro camino al mercadito que estaba "en frente" del hotel. No había nada apetitoso. Estábamos desvelados, madreados y no sabíamos qué desayunar. Dimos vueltas por todo el mercado, salimos y volvimos a entrar decididos a comer quesadillas y sopes con masa azul. Estaban ricas y baratas. Conforme iba comiendo, mi alma iba regresando a mi cuerpo para dejar poco a poco de ser un zombie de la cruda.

Carlitos se fue antes porque necesitaba dormir más y, Mey, Ruben y yo nos quedamos desayunando y platicando.

Mey nos había sembrado la idea de comer tacos de cecina con crema y nopales. Quedamos de ir a Tepoz otro día para comer los tacos más ricos de cecina.

Regresamos al hotel y nos quedamos platicando en las mesitas de afuera del hotel y escuchando música de las Jeans hasta las 11. Despertamos a Carlitos y nos metimos otra vez a la piscina, esta vez nos costó trabajo porque ya no había tanto alcohol ni tanto tiempo y el agua estaba más fría que la noche anterior.

Contemplando la piscina turbia a la que nos metimos la noche anterior.

Estuvimos cotorreando un rato en la piscina. Salimos, nos fuimos a dar un regaderazo e hicimos el check out.

Nos subimos a Mr y no páramos hasta llegar a la tiendita para devolver los envases retornables.





Cumplí mis propósitos de este via: beber hasta morir y meterme a la piscina. A eso se sumaron dos cosas que toda mi vida había querido hacer (entre ellas, lo del hotel de mala muerte). Y también me reí muchooooo! Me la pasé súper genial. Genial.

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