domingo, 29 de noviembre de 2015

Pearl Jam 2105

Sooo.. Pearl Jam concert...

Por fin me tocó vivir algo épico.

Ayer fui al concierto de Pearl Jam! Desde semanas antes sabía que iba a ser mucho mejor que el horrible concierto de Muse. Les comparto las cosas que lo hicieron un concierto épico:

Eddie Vedder estuvo practicando mucho para poder hablar en español toda la primera mitad del concierto, de hecho, tenía su discurso en un papel que leí cada vez que quería decir algo.

Dedicó canciones. Le dedicó Sirens a Fernando, un chico que falleció a los 25 años, auque por lo mismo, la canción más bien iba dirigida a la familia del chico que, por cierto, estaba presente en el concierto.

Ahí tuve mi momento estético. Esa canción me encanta, tiene tanto feeling.

Hubo covers, dos de ellos dedicados.

El primero, fue dedicado a la banda Eangles of Death Metal. Hicieron un cover bastante bueno.

Imagen de Jonh Lennon fue dedicado a las víctimas del atentando en París y fue uno de los mejores momentos del concierto porque todos estaban con sus celulares (o encendedores) prendidos y se veía increíble. De ahí, se siguió con Pink Floyd.

También estuvo genial cuando todos cantamos el corito de Black y dejamos a Vedder sin palabras y obvio, nuestro tradicional oleeee, ole, ole, ole, Pearl Jam- Pearl Jam.

Otro de los mejores momentos fue cuando Eddie sacó su ukulele (uk -iuk-) y dijo que su ukulele era demasiado pequeño para demasiada gente.

Despedimos a uno de sus camarógrafo, el cual, se iba a ir a trabajar a NY y ese era su último concierto y última gira :( Lo hicieron subir al escenario para que escuchara nuestros gritos (que gran detalle).

También, celebrábamos el cumpleaños del baterista. Cantamos Happy Birthday y las mañanitas para él.

En la penúltima canción, se veían vasos volando por todo el Foro Sol, y se sentían las gotitas de cerveza (o de pipi, uno nunca sabe) mientras las luces del Foro Sol estaban encendidas porque ya nos estaban corriendo. En la misma canción se armó el slam. Amigable, súper coool.

Lo mejor de todo es que la gente era bonita y estaban en la edad promedio (o sea, no eran adolescentes ni viejitos).

También me gustó que unos padres llevaron a su hijo de 11 o 12 años, pero se notaba que todos eran fans.

Todo eso, más la agradable vista del escenario con la luna llena de fondo, el aire  fresco que nos hizo sentir frío, pero sobre todo, los solos de guitarra (muchos solos de guitarra) hicieron que experimentara uno de los mejores conciertos en mi corta vida.

No se podía esperar menos de una banda que viene de la mejor ciudad del mundo: Seattle.


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Por cierto, fue un concierto en el que era necesario no ir sólo.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Mi sueño de Thanks Giving

Soñé que iba a una cena de #ThanksGiving en donde un peregrino con tatuajes y peircing nos daba la bienvenida a una cena llena de personas desconocidas y pinches, y un pavo regordete nos daba boletitos que podíamos cambiar por una charola con una porción de pavo con gravy, mac and chesee, relleno, aderezo de arándano y un pay a escoger (de manzana, calabaza o nuez).

La comida la servían unas personas muy agradables que vivían adentro de un camión que estaba adentro de una casa en donde sólo había mesas y un bar donde vendían tarros de cerveza.

La cena estuvo exquisita y mientras hacíamos sobre mesa, un tornado nos asechaba.

Al terminar de comer, una Sacagawea nos levantaba las charolas para limpiar la mesa y un pinche gringo daba un discurso conmovedor.

¡Lo mejor de todo es que cuando desperté, todo seguía ahí, incluyéndome! (Y lo del tornado era sólo la conversación de un pinche comensal).

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cuenavaca Nov 2015

Nos subimos al carro, manejamos hasta la tiendita de la esquina de la casa de Carlitos para comprar un cartón de 24 cervecitas, un Malibu y jugos de piña. Hicimos una parada en casa de Rub para dejar las cosas del tocho y a Mitzi :), también aprovechamos para pasar al baño. Todos listos, manejamos sin detenernos hasta el Oxxo en la entrada de Cuernavaca para cargar hielos que venían en un súper empaque coqueto con bolsitas individuales para enfriar de manera uniforme. Cerramos la cajuela con todo listo para no salir del hotel. El camino fue menos pesado de lo que imaginamos. Sólo hubo como 10 minutos de tráfico para salir a la caseta, pero eso fue todo.

Llegamos al hotel, hablamos con Moisés, el recepcionista encargado. Carlitos regateó y nos ahorramos 150 pesitos. En lo que Rub y Carlitos sacaban las cosas del carro, Mey y yo fuimos a que nos entregaran el cuarto... OMG! ¡Mi sueño de hospedarme en un hotel de mala muerte con mis amigos se estaba haciendo realidad! Eran dos cuartos, en el del fondo estaban dos camas, una matrimonial y una individual, un espejo y muebles para ropa. Se veía que la ropa de cama no la habían cambiado desde hace tiempo, los colchones eran viejos y de resortes. Las paredes tenían un papel tapiz de florecitas de color café y el techo estaba lleno de humedad. En el segundo cuarto estaba el baño y la regadera con una puerta corrediza que desarmé dos veces sin querer. Ruben nos alcanzó en el cuarto para entregarnos nuestras cosas.

Mey y yo fuimos a evaluar las piscinas. La primera que vimos era una piscina con el agua súper baja y fría. Al lado estaba el arenero de Marcelo (el gato). Después nos percatamos de que esa no era la piscina sino el chapoteadero. Cuando fuimos a ver la "piscina- piscina" ni siquiera quisimos meter la mano porque se veía súper turbia (y en la noche y sin luces no ayudaba mucho). Fuimos al carro y le ayudé a Carlitos a llevar la hielera a una mesita a lado de la piscina.

Mey y yo fuimos a cambiarnos, ella no se quería meter a la alberca pero la convencí de que por lo menos se pusiera su traje (sabía que después se iba a querer meter). Nos andaba pipi y cuando levantamos la tapa del baño había un "moi". Ocurrió una escena muy graciosa y vergonzosa así que no la escribiré. Morí de risa, patalee en la cama de risa.

Salimos con los chicos y estuvimos cómodamente bebiendo en unos vasos coquetos que se podían personalizar ;)

Después de un cóctelito y tres cervecitas, puse Alright de Supergrass para armarme de valor. Me quité la ropa y me metí a la piscina turbia y fría, en una noche templada. Me siguió Carlitos y tiempo después convencimos a Rub y a Mey.

Momento mágico: Carlitos y yo en la piscina, Rub y Mey afuera listos para meterse. Los 4, solos, echando desmadre sin nadie que nos molestara, en la noche, en el hotel Los Pajaritos, en Cuernavaca, iluminados por fuegos artificiales. Mágico. Todos cantando Fireworks de Katy Perry, obvio.

Después de estar en la piscina, bebiendo y así (jaja). Nos fuimos al cuarto a "seguirla". Ya estábamos cansados pero no podíamos dormir. Cantando, platicando, Rub bailando (¿eso les dice algo?). 

Una de las cosas que no debes hacer cuando estas empedarks es grabar vídeos porque se te nota por el movimiento de la cámara y por como washawasheas las canciones (nota mental).

Apagamos las luces y seguiamos platicando. Tuvimos que salir a Mr por unas cosas con la maleta estorbosa de Carlitos.

Volvimos y seguían sin poder dormir. Hasta que yo me quedé dormida zZzzZ y ya no supe nada.

Despertamos a las 8 am. Estuvimos haciéndonos tontos un rato y emprendimos nuestro camino al mercadito que estaba "en frente" del hotel. No había nada apetitoso. Estábamos desvelados, madreados y no sabíamos qué desayunar. Dimos vueltas por todo el mercado, salimos y volvimos a entrar decididos a comer quesadillas y sopes con masa azul. Estaban ricas y baratas. Conforme iba comiendo, mi alma iba regresando a mi cuerpo para dejar poco a poco de ser un zombie de la cruda.

Carlitos se fue antes porque necesitaba dormir más y, Mey, Ruben y yo nos quedamos desayunando y platicando.

Mey nos había sembrado la idea de comer tacos de cecina con crema y nopales. Quedamos de ir a Tepoz otro día para comer los tacos más ricos de cecina.

Regresamos al hotel y nos quedamos platicando en las mesitas de afuera del hotel y escuchando música de las Jeans hasta las 11. Despertamos a Carlitos y nos metimos otra vez a la piscina, esta vez nos costó trabajo porque ya no había tanto alcohol ni tanto tiempo y el agua estaba más fría que la noche anterior.

Contemplando la piscina turbia a la que nos metimos la noche anterior.

Estuvimos cotorreando un rato en la piscina. Salimos, nos fuimos a dar un regaderazo e hicimos el check out.

Nos subimos a Mr y no páramos hasta llegar a la tiendita para devolver los envases retornables.





Cumplí mis propósitos de este via: beber hasta morir y meterme a la piscina. A eso se sumaron dos cosas que toda mi vida había querido hacer (entre ellas, lo del hotel de mala muerte). Y también me reí muchooooo! Me la pasé súper genial. Genial.