Día 3. Desayuno comunitario, Tulum, Karma Bagel, Playa, Cupcake, Cervezas, Cena de Carrito, Piscina.
Nos páramos tarde porque estábamos cansados. Pensamos que no alcanzaríamos desayuno comunitario pero afortunadamente sí alcanzamos y a parte teníamos unos baguets que compramos un día antes en Wall-mart cuando llegamos de Xcaret.
Cuando nos estábamos arreglando para nuestra aventura, no encontraba mi bolsita donde tenía mi cepillo de dientes, así que Rub fue a comprarme uno (y un juguito) aunque al final estaba en su mochila jeje.
Estábamos listos, volvimos a encargar las llaves y emprendimos nuestra aventura a Tulum con la esperanza (ilusa) de que allá no hubiera sargassum.
Tomamos el autobús en el ADO que estaba a unas cuadras del hostal. No sabíamos dónde nos iba a dejar exactamente, o si llegaríamos directo a las ruinas o algo así, pero nos subimos a un camión que hacia recorrido PC- Tulum- Merida- Valladolid.
Me dormí en el camino. Llegamos, pasamos al baño, tomé un mapa y pregunté sobre las ruinas. De ahí mismo salía un camión que nos dejaba en la zona arqueológica. Compramos botana y nos trepamos de nuevo a un camión. Fui una chica anti-cool comiendo mis doritos, (así como fui anti cool cuando use chaleco para nadar con los tiburones). Cuando llegamos, estaban vendedores gritándonos sobre los tours que daban. Un señor nos atrapó porque nos preguntó si ya teníamos boletos para entrar a la zona arqueológica (pensamos que ahí se compraban los boletos de admisión). Nos vendía un tour que dejaba a un lado la playa y nos llevaban a nadar a un arrecife. Sonaba muy bien para reparar el daño que nos causó ver al mar de PC lleno de algas. Lamentablemente no teníamos suficiente dinero.
Caminamos como 800 metros para llegar a donde sí vendían los boletos de admisión. Yo no pagué porque soy estudihambre.
Entramos y había una maqueta coqueta de toda la zona arqueológica. Había muchos tejones y más iguanas. Iguanas por doquier. Era como ir a Chapultepec y ver ardillas. Foto a ardilla común. Foto a iguana común.
El sol estaba en su auge. Quemando todo los que estuviera blando y blanquito. Tuvimos que quitarnos las playeras para quemarnos parejo. No contratamos a ningún guía, y el sol era insoportable así que fuimos directo al mirador donde hay escaleras para bajar a la playa.
Fue muy triste darnos cuenta de lo ilusos que fuimos al creer que en Tulum no habría algas. El mar cristalino característico de Tulum se borró de mis recuerdos y fue remplazado con un mar que se veía sucio. De hecho, algo que jamás se nos olvidará fue cuando una chica extranjera le preguntó a su amiga ¿is that shit? OMG! Obvio nooooo, pero algo de lo que siempre me voy a quejar es que nadie nos advirtió sobre la temporada de alga. Pero también, si hubieran advertido a todos los vacacionistas, el turismo hubiera bajado muchísimo (y más en temporada baja).
Mar Caribe con algas pardas |
Cuando llegamos a PC fuimos a buscar algo de comer. Pasamos por unos lugares locales de los que Ruben había leído referencias en la internet, pero estaban cerrados o ya no existían (como un foodtruck). Caminamos algo hasta llegar al delicioso Karma Bagel. ¿Sabían que el primer Karma Bagel que abrió no fue el de la Condesa sino el de PC? Riquísimo. Con una cervecita. Y fue ahí cuando comprobamos nuestra teoría de que la cerveza de barril que nos tomamos el primer día no estaba adultera sino que las condiciones de nuestro cuerpo y el calor y la humedad, etc. fueron los que alteraron nuestro sistema e hizo que nos pegaran fuerte las cervecitas. Investigaré al respecto.
Después de comer y actualizar mis redes sociales, fuimos a la Playa con una mejor actitud. Me metí por fin al mar. No fue tan desagradable como pensé y de hecho, ya estando adentro, conviviendo con las algas, me di cuenta que rodearme (literal) de la naturaleza que me parece incomoda me serviría de experiencia para otras situaciones durante mi licenciatura. Además traté de recordar lo que estudié en microbiología: las algas no son malas, no tienen dientes o cosas raras que me piquen y muera, sólo son incomodas, huelen feo y se ven mal, sólo eso.
Después de cruzar la zona algosa, rara vez un alga parda rosaba mis piernas. Así que me relajé un rato y al salir me acosté en la arena junto a Roobie.
Después de estar la tarde en el mar, agarramos nuestras cosas y fuimos por un cupcake jejeje. Regresemos al hostal y el plan era meternos a la piscina desde que llegamos al hostal pero tuvimos una pequeña discusión porque Ruben fue a no sé dónde y me dejó afuera del cuarto :( (bueno, sí sabía a donde había ido pero se suponía que era secreto jiji). Compensó que tuve que pedirle a lo chica de la recepción que me abriera la puerta yendo a cazar la cena a uno de los puestecitos que estaban a un costado de la Mega. Pasamos por ahí cuando íbamos de regreso al hostal y se nos antojó mucho porque estaban asando carné en un tambo de metal super coquetón. Después de cenar nos metimos a la alberca del hostal y fuimos felices.
Después de comer y actualizar mis redes sociales, fuimos a la Playa con una mejor actitud. Me metí por fin al mar. No fue tan desagradable como pensé y de hecho, ya estando adentro, conviviendo con las algas, me di cuenta que rodearme (literal) de la naturaleza que me parece incomoda me serviría de experiencia para otras situaciones durante mi licenciatura. Además traté de recordar lo que estudié en microbiología: las algas no son malas, no tienen dientes o cosas raras que me piquen y muera, sólo son incomodas, huelen feo y se ven mal, sólo eso.
Después de cruzar la zona algosa, rara vez un alga parda rosaba mis piernas. Así que me relajé un rato y al salir me acosté en la arena junto a Roobie.
Después de estar la tarde en el mar, agarramos nuestras cosas y fuimos por un cupcake jejeje. Regresemos al hostal y el plan era meternos a la piscina desde que llegamos al hostal pero tuvimos una pequeña discusión porque Ruben fue a no sé dónde y me dejó afuera del cuarto :( (bueno, sí sabía a donde había ido pero se suponía que era secreto jiji). Compensó que tuve que pedirle a lo chica de la recepción que me abriera la puerta yendo a cazar la cena a uno de los puestecitos que estaban a un costado de la Mega. Pasamos por ahí cuando íbamos de regreso al hostal y se nos antojó mucho porque estaban asando carné en un tambo de metal super coquetón. Después de cenar nos metimos a la alberca del hostal y fuimos felices.
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