Todo empezó la mañana del viernes. Después de una semana sin entrenar y a una semana para el Medio Maratón CDMX, fui a correr. Me tocaban 12k fast pero sólo hice 7k, y mal. Pero ese evento sólo fue importante porque como lo hice mal y quejándome, Roobie sólo me alimentó con pastel que sobraba del cumpleaños de Joel y agua (que malo es el mijito). Entonces para cuando me salí para reunirme con Mey y Luis, yo estaba hambrienta.
Nos vimos en Bellas Artes y como hacia mucho que no pasaba por ahí, me di cuenta que ya terminaron de reconstruir la banqueta de a un lado de Bellas Artes
Se ve bien, pero en fin. Fui a recoger a Tophoto (mi cámara) y les hice dar una súper vuelta porque no me acordaba dónde estaba el taller, pero en el transcurso de camino Luis me iba contando sobre su viaje a las Europas y Mey nos contaba sobre sus problemas con Marco. La verdad es que accedí a salir con los dos (al mismo tiempo) por varias razones y una de ellas es que los dos hablan DEMASIADO y tenía toda la tarde libre para que me entretuvieran. Más a parte Luis me iba a entregar unos chocolates que me trajo de por allá -cuando recupere a tophoto subo la foto, están deliciosos-, me tenía que contar su aventura al otro lado del mundo y Mey quería platicarme sobre las ondas que trae ahora con su chico y también porque ya tenía bastante tiempo que no salíamos.
Al final, recuperé a Tophoto y estoy muy emocionada de volver a usarla. Será como estrenar cámara. Y quedó saludable, le cambiaron el lente, ya no chilla cuando sale. Más a parte la chulearon, dijeron que esas cámaras en su momento fueron de las mejores porque tiene cobertura de titanio -o algo así- ¡linda cobertura! Ya quiero empezar a usarla otra vez, le calculan como una año más de vida si la cuido.
Después de recuperar a mi fiel compañera, les propuse ir por unas tortas porque moría de hambre por el incidente de la mañana y se me había antojado una de milanesa. Ellos no querían y no conocían una tortería en el Centro que fuera de fiar y obvio, no iban a estar buscando en los puestecitos de comida del Centro (aunque hay muchísimos y algunos se ven muy ricos) porque la verdad es que sí son bien fresas. Así que por x o y, terminamos yendo a BK, ooootra vez. Me frustré un poquito porque tenía una encuesta que contestar para ganarme una Whopper pero no lo hice y hubiera estado genial ocupar el cupón en esa ocasión.
Estuvimos un buen rato platicando del viaje de Luis. Me dio mis chocolates, a Mey le regalo un llavero bien padre de las Inglaterras, platicamos sobre la cortada de Mey y sus suturas, entre otras cosas. Estoy orgullosa de decir que yo no les conté nada, mas que lo de la UAM y ya, porque precisamente mi plan resultó: me mantuvieron entretenida toda la tarde.
más fotos in side the tophoto modo *eso qué* (acabo de descubriar algo que hace blogger, wii)
Le escribí a Fredo porque quería que me invitara a comer (no me llené con la pambolera española) pero me habló para decirme que iba a pasar por Jacqui, bla, bla, bla. El chiste es que lo esperé en el Mc de Madero, llegó y su chiquis tenía que pasar al baño. Me ofreció un trío del día pero como todavía estaba con mis amigos, lo rechacé (ni modo de no invitarlos), mas a parte ya había comido una hamburguesa. Estuvimos esperandolos hasta que salieran pero se estaban tardando, así que mejor fuimos a una tienda de ropa y me compraron un helado de La Michoaca que estaba muy rico. Ahora, cada vez que quiera un helado en el Centro, voy a ir a ahí. Están algo caros -creo-: 18 pesos, pero están ricos.
Anyway, salieron y nos despedimos de Luis porque el iba a la linea 8 y nosotros a la azul. Dice mi padre y Mey que Luis parece como medio gay pero yo no creo eso.
Atrás de esa mano, se supone que debe de estar Luis.
Nos metimos al metro Allende pero estaba muy lleno (era la hora) y decidimos abortar la misión, ya para entonces Mey y yo estábamos planeando quedarnos juntas en el depa de Marco porque él no iba a estar y ella no quería estar sola. Fredo lo aprobó, pero para no dejarlos sólos (no sé porque pensamos de esa manera si ellos estaban en una cita y yo me entrometí y mezcle a Mey en el revoltijo) nos quedamos con ellos hasta que dieran las 9 de la noche (ya hasta muy después, Fredo me mandó un mensaje diciéndome: me arruinaste la cita. ¡Bah!).
Entonces me quedé a dormir con Mey, su depa está padre (hay posibilidades de que vivamos ahí y juntas. Pero esa ya será otra historia) y tiene un perrito. Platicamos toooda la noche, ni siquiera prendimos la tele. Hicimos espaguetoso, cenamos muy rico, Mey recogió un poco mientras yo la estaba siguiendo para no perder la conversación y dormimos en la madrugada.
****Día Siguiente
Nos despertamos a las 8 de la mañana porque el papá de Marco iba a ir al depa e iba a ser incomodo que nos encontráramos ahí. Mey me sirvió avena como la que Roobie me prepara y luego nos fuimos. Yo no quería regresar a mi casa porque sospechaba que si tocaba mi cama iba a dormir todo el día, así que me fui a casa de Roobie a dormir otro poquito. Él estaba en la misma situación: cansado -por su trabajo-, así que nos quedamos jetoncitos.
El camino hacia mi destino un Sábado por la mañana por el Centro Histórico haciendo uso de mi querido metrobus.
Nos despertamos y me dio permiso de darme un regaderazo (es que en casa de Mey el agua estaba fría). Y nos alistamos para ir Foodtrucks en el Huerto. Y como siempre pasa en los apreciados bazares ¡Comí como una gorda hambreada! Estuvo genial porque fueron los foodtrucks favoritos: Rockin Taco, Kebabs el Sordo, El Buen Burgués, las costillitas, etc. Mañana pongo nombres y links porque ahorita ya muero de sueño.
Siempre es bueno volver con los pioneros. Sólo faltaban los Bagels, Busmostaza, los Chilaquiles y mi preferido de postres: El Baudin (porque La Indulgencia está bien chafa) para que fuera todo hermoso y perfecto. Noté algunos cambios, como que los Kebabs ya son diferentes, ya no es como un taco, ahora es como una gordita pero son lo mismos ingredientes y mejor sabor (aunque no metieron carne hasta el fondo y ya cuando iba a acabar, se convirtió en un kebab vegetariano). También vi que las mini hamburguesas del Buen Burgués (obvio) son más mini. Sí, tristemente son más pequeñas pero tienen una nueva malteada de galletas oreo con menta que ahora será mi preferida y sabe de-li-ciosa.
En realidad, nuestro pretexto fue que Humberto (el de los Kebabs) nos había prometido unas playeras que decían: I'm a foodtruck fan o algo así pero creo que no se acordó o ya no tenía porque regresé con la misma playera, pero le dio una gorra a Roobie.
Roobie haciendo cara de malvado/ Roobie tragoneando
Después de nuestro atascón, fuimos a ver una película a Cinemex Cuauhtémoc porque a Leetmaster le regalaron unos pases de descuento para el cine. Vimos Cómo Entrenar a tu Dragón. Me gustó más que la primera, muy linda.
Y ya, finalmente llegué a mi casa y escribo intraquilamente. Ya van dos veces que me interrumpo porque siento la presencia de un ser del más allá asomándose por mi ventana. Quizá no quieren que escriba esta "aventura" porque el que la lea, será asechado por el mismo espectro que me acosa esta noche por el resto de su vida (o solo se pegará en el dedo chiquito del pie cuando haga frío).
En fin, grabe un vídeo mientras miraba lo que otros no.
Si terminaron de leer todo, mañana corrijo lo que se vea desastroso o mal escrito.
Fin de la trasmisión
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