Cuando el alba estaba tocando su cenit, me encontré a lado de un chico llamado Horrible. No sabía qué hacia a su lado pero cuando lo volteé a ver, me di cuenta que dirigía su mirada a la estrella que apenas se dejaba ver. Su atención estaba fija en el más allá y su cara pintaba planes y sueños.
Supe que era mi amigo...
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